domingo, 26 de junio de 2011

Capitulo 2: Un dia diferente


Una luz blanca invade tu sueño, tus parpados se achican, parpadeas una y otra vez comenzando a abrir los ojos, estas recostada boca arriba, sientes viento en tu cara, escuchas voces, diferentes tonalidades, de pronto descubres que se trata de hombres y mujeres, hablan rápido, están explicando algo, una situación pero tu cabeza no te permite entender nada en estos momentos, sientes que la voz de ellos esta agitada, como si corrieran. Estas inmóvil pero ya puedes ver mejor, en realidad mejor es nada, estas mirando hacia arriba, un techo que se mueve… ¿un techo que se mueve? ¿un techo? No ayuda mucho a descubrir lo que pasa y el donde estas hasta que volteas un poco la mirada y descubres que esas voces, esos hombres y mujeres que oias, son enfermeros y que su voz agitada es motivo de que van corriendo en lo que parece ser tu camilla con rapidez hacia quién sabe donde.
Te preguntas que es lo que pasó, porque estas en una camilla inmóvil, aun asi no dices nada, no haces el intento tampoco, no intentas moverte… solo te quedas pensando. Lo último que recuerdas es dormirte en un árbol. Caes en un profundo sueño y lo ultimo que escuchas es que eran las 4.30.
Escuchas el sonido de los típicos aparatos de hospital, lo que simula los latidos de tu corazón con un intenso “pip” “pip””pip”, abres lentamente los ojos y una habitación blanca con un televisor arriba y una ventana hacia la izquierda con muchísima luz entrante es lo primero que logras ver. No te detienes a mas detalles, no entiendes que ocurre, estas sola y te sientes cansada, respiras profundamente y sueltas una bocanada de aire, pero no sientes que la sueltas, te cuestionas lo raro de ello por un momento y continuas analizándolo todo.
Intentas recordar lo último que pasó, como es que llegaste a esa situación; sientes el peso de tu cuello de estar en la misma posición por horas y horas. Intentas ver tu mano, observas que uno de tus dedos esta sujetado por lo que parece ser una perilla blanca o un gancho, que de tu muñeca sale un cable gris; ahora tratas de moverla, levantas con mucha dificultad el dedo índice, pareciera que tuvieras piedras encima.
Oyes rechinar la puerta y notas que la manija se abre, que una mujer entra ¿esta disfrazada? Ves que tiene un guardapolvo blanco cortito hasta la cintura y un pantalón ancho también blanco, se te acerca con una sonrisa, su cabello rubio, limpio, largo y semiondulado te provoca una especie de envidia. Ves que se pone a tu izquierda revisando algo que no distingues, te saluda como si fuera el mejor de los días, como una madre despertando a su hijo, con una alegría que invade su voz.
-         Buenos días señorita! A ver cómo andamos hoy, que tal la noche? Espero que bien. (se pone a tararear una canción mientras le inyecta algo)
No entiendes porque se habla a si misma como si no pudieras responderé, ahí caes, no le has respondido, ¿Por qué? No entiendes pero intentas hablar, sientes q haces el mayor de tus esfuerzos, por dentro de ti, escuchas tu voz pero notas que no hay respuesta, no te oye. No puedes hablar, tu corazón se agita, sientes los latidos en la maquina
-         Otra vez no! (se desespera la mujer, quien sale corriendo hacia la puerta y regresa con otra). Vamos a inyectarte este calmante si cariño? No tenes nada de qué preocuparte.
Tu cabeza es un mundo de preguntas, interrogantes sin respuesta porque no tienes recuerdos, ni voz y tu movimiento es casi nulo. Pasa un rato que te quedas mirando al techo y sientes como tu corazón va calmándose a medida que tus ojos se cierran y escuchas a la mujer decir:
-         Es una lástima que no encontremos avances, sinceramente me da pena…
La habitación comienza a desaparecer, lo blanco de las paredes se vuelven una luz intensa y brillante, te sientes perturbada, no entiendes que ocurre, de pronto una oscuridad invade tu vista.

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